Tiempo atrás tuve un largo coloquio telefónico con una queridísima lectora del blog que espera convertirse en monja. Por motivos de confidencialidad no puedo decir a ninguno lo que me ha contado, pero les pido de rezar por ella, porque tiene tanta necesidad de la ayuda del Cielo. Esta hermana en la fe está sufriendo tanto en su corazón, por lo tanto quiero hacerle llegar una carta abierta para animarla.
Queridísima hermana en Cristo,
estoy contento de averte escuchado por telefono, pero he sentido también compasión al sentir tu corazón afligido a causa de las diversas dificultades que te afligen. Me ha impresionado mucho cuando en cierto momento del coloquio has manifestado tu deseo de entrar pronto en el monasterio y de abandonar definitivamente el mundo. He percibido claramente que tienes el corazón dolorido. Siempre da pena una persona que sufre, pero cuando quien sufre es una persona como tú, que desea solamente amar a Jesús por el resto de su vida, la compasión es mayor. No te desanimes, confíate en las manos de la Mediadora de todas las gracias y verás que todo será para bien. Me ha gustado mucho la historia de tu vocación y aprecio la fuerza de ánimo que has tenido en abandonar todo para donarte a Dios. Muy pocos habrían tenido el coraje de renunciar a lo que has renunciado para abrazar la vida religiosa. Jesús ha elegido una esposa generosa y de gran coraje, estoy contento que solo El podrá poseer tu corazón. ¡Quien sabe cuántas lágrimas has derramado a causa de tu amor por el Divino Redentor!, pero quien siembra llorando recogerá con alegría los frutos en la Patria Celeste. Sobre esta tierra estamos solo de paso, debemos ganarnos el Paraíso llevando la cruz por amor de Dios, demostrando así nuestro amor por El. Con estos sufrimientos te estas purificando en espera de las bodas con tu amado Esposo. En tus oraciones invoca también la ayuda de la heroica fundadora de la Orden a la cual aspiras a entrar, verás que será muy felíz de acogerte entre sus seguidoras. El diablo esta buscando sembrar confusión para hacerte caer en el desánimo y hacerte cometer algún error; de hecho, decía San Luis Gonzaga que el demonio llega siempre a pescar alguna cosa cuando las cosas son turbias. Quédate alegre y serena, confía en la Virgen y permanece con el ánimo pronto para aceptar lo que disponga. No temas, en toda la historia de la Iglesia jamás ha sucedido que alguno se haya confiado a la Virgen y haya sido abandonado. Jamás! Recuerda pedir la ayuda también de San José, castísimo esposo de la Beata Virgen y custodio providente de la Sagrada Familia. ¡Cuántos beneficios se obtienen gracias a su intercesión!
Te repito, no temas, Jesús está muy cerca tuyo en estos momentos en el cual sientes el peso de la cruz, qué más quieres? El te ama y te quiere en verdad feliz. Si permite que ahora tu estes en el dolor, lo hace solo para sacar un bien mayor. En la Patria Celeste comprenderás todo en manera clara y alabarás la Divina Providencia que te había enviado esta cruz para hacerte merecer los bienes más grandes. Si permaneces fiel a Su voluntad, recibirás la recompensa de su Corazón per omnia sæcula sæculorum. Asi sea.
Tu hermano en Cristo,
Cordialiter