Hola D.,
En primer lugar, gracias por tomarte tu tiempo de contestar la carta de una persona desconocida.
Respondiendo a tu pregunta, soy de Guatemala. Gracias por enviarme esta información acerca de la vocación religiosa. He estado leyendo algo acerca de lo que me enviaste y acerca de la hermandad sobre la que me enviaste información. También he estado leyendo la Biblia, rezando el rosario y orando mucho.
Estoy buscando la paz de mi espíritu. Estoy tratando de buscar la paz de espíritu que he dejado, de forma cobarde, que el mundo me quite. El viernes pasado hablé con mi papá acerca de este asunto, pero, verás, yo trabajo y estudio. Mi padre siempre ha querido que yo sea una "mujer fuerte". Creo que a él le cuesta pensar que su hija se dedique a la vocación religiosa. Mi madre no dice nada, pero en sus ojos veo la negación a que yo me convierta en servidora de la Iglesia.
Es más, en mi casa no ha habido un verdadero seguimiento de la religión católica. Durante años se ha eludido el deber de ir a misa en domingo, de tomar la confesión. Pero precisamente ayer que rezaba el rosario junto con mi madre, hablé en voz alta a la hora de hacer la petición y le pedí al Señor que nos ayudara a cambiar ese mal hábito.
Ojalá pueda seguir escribiéndote.
Saludos cordiales.