Una mujer me ha escrito una atenta carta.
Querido Cordialiter,
desde hace unos meses soy una de tus fieles lectoras. Desde que descubrí tu blog, cada vez que entro en internet, la primera cosa que hago es leer los mensajes, las cartas y tus respuestas. Y esto sucede ya todos los días. :-)
No sabes cuánto me ayudan, por lo tanto no debes desanimarte ni menos aun, pensar en rendirte y cerrar el blog! Si yo no tuviera el coraje de escribirte sería una de las tantísimas lectoras de las cuales no sabrías la existencia, y por lo tanto no sabrías hasta donde puede llegar el bien que haces!
Me llamo [...] tengo 39 años y vivo en [...]. No tengo hijos y no estoy casada. Mi verdadera conversión la viví a los 32 años [..] se me cayó literalmente el velo que tenía delante de los ojos! Es inexpresable el amor y la Misericordia de Dios que percibí en ese momento! [...] comencé a llorar sin ningún motivo! Me descubrí una gran pecadora y continué llorando por un buen rato... pero un llanto liberador porque tenía la certeza de haber dejado todos los pecados! Y renací. [..] Siguiendo aquel estado de ánimo, hoy por hoy, pienso que si tubiera tenido una guía spiritual quiza hubiera seguido otro camino [...] Antes de la conversión llevaba una vida llena de pecados (discoteca, cine, etc.) pero ahora no me siento más atraída a estas cosas.
[…] Comencé a leer “Historia de un alma”, de S. Teresita y el diario de S. Faustina y ¡ha sido muy edificante para mi alma! Lo más pronto posible leeré también “Las glorias de María” y “Práctica de amor a Jesucristo” de S. Alfonso María de Ligorioa, como aconsejas a tantas almas que te escriben.
[...] Me confieso regularmente y debo decirte la verdad, también yo tengo dificultad de encontrar un buen confesor … jamás hice un retiro/ejercicio spiritual, y jamás ningún sacerdote me lo aconsejó. Solo leyendo tu blog descubrí la importancia de esta experiencia. Quisiera tanto poder hacerlo, pero ¿dónde? ¿me podrías aconsejar un lugar cerca de donde vivo?
[...] Desde joven y hasta el día de hoy, no me veo casada con ningún hombre de esta tierra. Solo cuando voy la iglesia estoy verdaderamente en paz conmigo misma, con Dios y con el mundo. ¡Allí si, que me siento protegida y serena! Espero que tendrás algún buen consejo también para mi.
Gracias de corazón!
Muchos saludos en Jesús y Maria,
(Carta firmada)
Querida hermana en Cristo,
te agradezco por las hermosas palabras de ánimo que me has escrito. Privadamente te envié una larga carta que espero que te sea de utilidad. Aquí, públicamente, quiero decirte que me ha gustado la historia de tu conversión. ¡Cuántas lágrimas de compunción has derramado! Estoy contento que no frecuentes más las discotecas y otros lugares peligrosos para el alma.
Quizá el mundo te juzga una “frustrada” porque no te has casado y no has formado una familia. Pero los verdaderos frustrados son los que viven permanentemente en pecado mortal y mueren sin sincero arrepentimiento.
Yo veo, en cambio, que tienes sentimientos de verdadera cristiana, por lo tanto no te considero de ningún modo una frustrada. ¡Quien sabe, si hubieras sido una mujer estimada por el mundo, quizá ahora vivirías como una pagana, lejos de Jesucristo! El sufrimiento es un don de Dios, de hecho, veo que te ha hecho madurar buenos propósitos. Los que quieren casarse, tienen que tener cuidado de elegir un cónyuge temeroso de Dios, porque si desventuradamente eligieran una persona que vive el cristianismo de manera inadecuada, el matrimonio esta destinado con mucha probabilidad a naufragar, como demuestra la experiencia. Aprecio tu decisión de permanecer célibe, de hecho, las mujeres casadas en general piensan a complacer a los propios maridos mientras que aquellas que voluntariamemente deciden no casarse pueden dedicarse más fácilmente a las cosas espirituales, o sea a complacer a Dios.
Te animo a vivir el cristianismo en manera fervorosa y profunda. ¡Dios se lo merece!
Aprovecho la ocasión para enviarte mis más cordiales saludos en Cristo Redentor y María Corredentora,
Cordialiter